Si eres fan de los helados y los polos en verano pero no te atreves a tomarlos por miedo a engordar, te equivocas. Algunos, incluso pueden ayudarte a perder peso. Tres expertos en nutrición nos dan las claves de la dieta de los helados con los mejores trucos y un plan para disfrutarlos durante todo el día sin venir con kilos de más.

Que si polos, que si helados de leche… ¿cuántos podemos comer sin engordar más de la cuenta? Si tú como nosotras no quieres renunciar a este pequeño placer para disfrutar en verano pero sin engordar, te contamos por qué no debes dejar de lado esta delicia refrescante para el paladar. ¿Sabías que hay estudios en los que se observa un ligero incremento del 5 por ciento en el gasto energético cuando se toman alimentos fríos o refrigerados por debajo de 3ºC? La doctora Susana Monereo, jefe del servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid, asegura que “se puede estar a dieta y adelgazar tomando helados de forma controlada, pero eso sí, teniendo en cuenta las calorías y el tipo de nutrientes que te aportan, a la vez que aprovechas ese pequeño efecto termogenético o de gasto de energía extra que compensa en cierta manera el aporte calórico”.

¿Así que hay alguna razón para no incluir helados en tu dieta? Eso sí, siempre y cuando sigamos las recomendaciones de los expertos en nutrición para que te acompañen en tu dieta e incluso quitarte kilos de más y adelgazar. ¿En qué consiste la dieta de los helados que nos proponen los número uno en nutrición, Itziar Digón, psicóloga nutricionista y coach de Mindful Eating Marta Ruiz, nutruicionista del Instituto de la Obesidad.?

Nutricionalmente hablando, el helado tiene muy buenas propiedades siempre y cuando escojamos materia prima de calidad. “con ellos es posible cuidar tu peso siempre y cuando elijamos aquellos elaborados artesanalmente para no tener problemas con la báscula”, nos cuenta Digón.

La experta incluso propone desayunar, merendar o tomar como postre helado con sorbetes de frutas caseras para todas aquellas que les cueste más consumir la fruta entera. “Sólo se necesita hacer el zumo o licuar la fruta deseada (limón, naranja, fresas, melocotón, sandía…), colar este zumo si no quieres que queden restos de fruta o utilizar la heladera de Zoku para conseguir una textura más cremosa e introducirlo en moldes para conseguir textura de helado de hielo”.

Entre sus recetas favoritas, nos da la del helado de frambuesas con 300 g de yogur desnatado, 85 ml de bebida vegetal, 10-12 frambuesas y cuatro cucharadas de avena (opcional).

Otra de las propuestas de Digón es convertir las aguas saborizadas refrescantes en polos para consumir a última hora de la tarde y tener en cuenta que a esa hora, lo más probable es sentir hambre y sed a la vez para hidratarte y saciarte al mismo tiempo y evitar el picoteo. “Mezcla agua con fresas, lima y albahaca o pepino, cilantro y limón. Deja reposar durante 2 horas estos ingredientes en un litro de agua y pónlos en moldes de helados en el congelador para tenerlos listos cuando llegues a casa y tendrás polos de dos gustos” .

Además, nos propone un menú detox para tomar un día a la semana. Para desayunar, un helado de yogur con frutos rojos con café o infusión. Para comer, sopa fría de pepino con tabulé de quinoa y polo de melocotón y naranja y para cenar una sopa de tomate y zanahoria con pescado blanco con ralladura de jengibre y sorbete de mojito con hierbabuena y lima (sin, ron).

¡HELADOS DE LECHE CON MODERACIÓN!

Muchas de las grasas presentes en los helados de leche y cremosos son de origen animal y aquí viene el problema cuando su consumo habitual aumenta el nivel de colesterol, y el riesgo cardiovascular. Por eso, se debe moderar siempre su consumo. Los helados de leche tienen un contenido graso moderado (de 3 a 6 g por 100 g de helado), mientras que en los de crema es mayor (de 5 a 22 g). Además, suelen contener grasa de coco, aceite de palma, y grasas hidrogenadas, que son vegetales pero muy saturadas frente a los sorbetes y polos que tienen menos de un 1 por ciento de grasa.

Desde el Instituto de la Obesidad, la nutricionista Marta Ruiz también apunta que, para no engordar en verano, se puede recurrir a licuados naturales de frutas para congelarlos en casa dentro de poleras de hielo. De esta forma, no debes preocuparte por la carga calórica de los helados prefabricados ricos en azúcares y grasas.

Entre sus sugerencias más refrescantes, el polo de plátano, sandía y piña con medio plátano, una rodaja de sandía y una rodaja de piña natural y 500 ml de agua, el polo de 1 manzana golden sin piel, zumo de una o dos naranjas, medio kiwi gold y 500 ml de agua, un polo de fresas y sandía con una rodaja de sandía, 100 gramos de fresas y 500 ml de agua y polo de 1 melocotón maduro, media naranja, un kiwi y 500 ml de agua.

Además, nos un menú semanal para adelgazar con helados incluyendo uno al día, para que los puedas disfrutar tanto como postre tras una comida o como merienda.

PLAN SEMANAL PARA ADELGAZAR COMIENDO HELADO

Lunes: Desayuno: Café con leche desnatada + 2 tostadas de pan con tomate. Media mañana: Fruta. Comida: Lomos de merluza al horno con calabacín. Helado casero. Merienda: 1 pieza de fruta. Cena: Judías verdes rehogadas con ajo y pimentón.

Martes: Desayuno: Café con leche desnatada + 2 tostadas de pan con tomate. Media mañana: Fruta. Comida: Pisto con huevos escalfados. Té con hielo o infusión fría. Merienda: Helado casero. Cena: Gallo a la plancha con limón y ajetes tiernos salteados.

Miércoles: Desayuno: Café con leche desnatada + 2 tostadas de pan con tomate. Media mañana: Fruta/nueces. Comida: Ensalada de escarola, zanahoria y manzana rallada con gulas salteadas. Helado casero. Merienda: 1 pieza de fruta. Cena: Gazpacho con taquitos de pepino + ensalada escarola y surimi.

Jueves: Desayuno: Café con leche desnatada + 2 tostadas de pan con tomate. Media mañana: Fruta. Comida: Tortitas de maíz rellenas de pollo y pimientos con especias, lechuga y tomate. Té con hielo o infusión fría. Merienda: Helado casero. Cena: Espinacas salteadas con pavo adobado.

Viernes: Desayuno: Café con leche desnatada + 2 tostadas de pan con tomate. Media mañana: Fruta. Comida: Salmorejo + filete de ternera blanca a la plancha con pimientos asados. Helado casero. Merienda: 1 pieza de fruta. Cena: Solomillos de pollo al limón con finas hierbas con coliflor de guarnición.

Sábado: Desayuno: Café con leche desnatada + 2 tostadas de pan con tomate. Media mañana: Fruta. Comida: Ensalada de canónigos, aguacate, zanahoria rallada, tacos de pollo y tomate. Té con hielo o infusión fría. Merienda: Helado casero. Cena: Wok de verduras con salsa de soja y tiras de pavo.

Domingo: Desayuno: Café con leche desnatada + 2 tostadas de pan con tomate. Media mañana: Fruta. Comida: Rape asado con cebolla y zanahoria con ensalada de guarnición. Helado casero. Merienda: 1 pieza de fruta. Cena: Gazpacho + tortilla francesa (2 claras y 1 yema) con bonito.

Fuente: Telva

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